Ya ha llovido desde que alguien me puso una canción de Angel Stanich. La verdad es que no sonaba mal, pero tampoco le hice mucho caso, para que nos vamos a engañar. Si bien, al día siguiente me dio por volver a escucharlo. Y me dije… «qué bien suena este tío». Quién se iba a imaginar lo enganchado que estoy a su música desde entonces.
Su primer disco Camino Ácido es un disco redondo en el que Angel Stanich nos acompaña por ese camino con la voz rasgada en un viaje profundo, intenso y lisérgico. Su último aviso para los Outsiders, la búsqueda por el Mezcalito a tomar en el camino, como no echar de menos a nuestra Miss Trueno’89 y el inigualable Metralleta Joe con el que siempre dan ganas de saltar al público.
Pero en esos inicios, cuando iba a verle a uno u otro sitio, salas pequeñas en las que te transmitía todo, me maravillaba como encajaba el Amanecer Canibal. Aquella canción te transportaba en un trance brutal hacia el estallido final del concierto.
En Alcala de Henares fui a verlo a un concierto de prueba de Antigua y Barbuda. Y ya no sonó el Amanecer Canibal. Al salir, cuando la banda estaba recogiendo los instrumentos, me lo crucé y se lo comenté. Que era un nuevo disco genial, pero que me faltaba ese Amanecer Canibal. ¿Había terminado el viaje?
La verdad es que no, que el viaje solo acababa de comenzar. Los siguientes discos le han ido mejorando enomemente y ha conseguido sacar muy buenos temas. Temas que han enganchado a mucha más gente, que me han seguido dejando unido a su música. Mátame Camión, Escupe Fuego, Tu Alfredo Landa, Rey Idiota,…
Y ahora, este Angel Stanich más hablador, entrevistado, más pop, con una voz más melódica, con un sonido muy limpio, nos sigue deslumbrando con un bestial Polvo de Battiato y con conciertos que van a más y a más. Conciertos de los que podemos volver a disfrutar.
Pero Angel, para mí, seguirás siendo siempre aquel con el que empezé el camino en un mágico, místico y lisérgico Amanecer Canibal.
No tomaron nada. Amanecer caníbal.
Amanecer Canibal
Son las 7: 30. Veo lucecicas.
Se encienden y apagan sobre la autovía.
Con la luz del alba, tan serena y tibia,
Cuando te acorralan, ¿dónde ves salida?