Si tuviésemos que organizar por orden las estaciones, es muy probable que el otoño siempre se nos quedase en último lugar.
Está claro que el verano lo asociamos con las vacaciones, el invierno con las navidades y la primavera con las flores.
Pero, ¿qué nos ofrece el otoño?
A mi memoria me vienen muchas cosas. El olor a humedad, los estuches nuevos, el forro de los libros, la vuelta al colegio, el reencuentro con los amigos, las castañas, las calles desiertas y las primeras heladas.
Pero nunca había caído en la cuenta de cómo el otoño dibuja los paisajes. Reemplaza todos sus colores por una gama de verdes, amarillos, dorados, ocres, pardos, rojizos,… La naturaleza priva a los árboles de sus necesidades básicas parando el proceso de fotosíntesis que nos ofrece este espectáculo de colores.
No hace falta irse lejos, simplemente salid al parque más cercano a vuestras casas, para, por un instante, embriagaros con los colores del otoño.
Para los menos aguerridos, no apuréis, ya queda menos para el invierno.